martes, 25 de octubre de 2011

Cuestionan cómo se repartirán las cocheras subterráneas de la Plaza Emilio Mitre

Por Gustavo Markiewicz



Agrupaciones vecinales señalan que no se respeta el espíritu disuasorio con el que fueron construidas. Temen que la distribución se realice con un criterio económico que termine beneficiando a la empresa concesionaria y no descongestione el tránsito

La polémica por la construcción de un estacionamiento para 400 vehículos debajo de la Plaza Emilio Mitre, delimitada por las avenidas Las Heras y Pueyrredón y las calles Cantilo y Pacheco de Melo, ha pasado de tratarse de una preocupación por la protección ambiental a una disputa por cómo se repartirán las cocheras.

Las obras forman parte de una iniciativa de la legislatura porteña convertida en ley hace más de una década para construir trece estacionamientos subterráneos en diferentes puntos de la ciudad, con la idea de descongestionar el tránsito y brindar más posibilidades de aparcamiento a los vecinos de las respectivas zonas. Las mismas avanzan firme luego de haberse destrabado en una audiencia pública un recurso de amparo presentado ante el juez Roberto Gallardo, quien el 31 de marzo había determinado la suspensión de las labores a través de una medida cautelar, y podrían inaugurarse a fines de año.



Desde julio del 2010, distintos sectores vecinales como No al parquímetro y la agrupación Amigos de la Avenida Pueyrredón presentaron denuncias por considerar que la modalidad de la construcción no respetaba la ley al realizarse a cielo abierto y no tomar los recaudos pertinentes para restablecer el arbolado de la plaza.

Sin embargo, desde otros grupos vecinales como la Asociación Verde Barrientos se realizaron marchas para reclamar que las obras no frenaran, por temor a una posible usurpación del espacio verde en caso de abandono de los trabajos.

En la actualidad, Nelson Durisotti, vocero de Amigos de la Avenida Pueyrredón, pone en tela de juicio que la empresa que ganó la licitación y tendrá a su cargo la administración por los próximos veinte años a cambio de una inversión inicial de seis millones de dólares y un canon mensual de 30 mil pesos, CRIBA S.A. , respete el espíritu disuasorio con el que las cocheras fueron construidas y pide prestar atención a la manera en que se distribuirán las plazas de estacionamientos. “La empresa hoy está ofreciendo un porcentaje directamente inverso a la ley: el 30 por ciento para los vecinos y el 70 para estacionamiento disuasorio”, afirma el vecino de Recoleta, quien observa un interés económico por encima del social, al aclarar que para la firma concesionaria es más para rentable el estacionamiento por hora que el que se destina de manera permanente a los ciudadanos de la zona.

Nelson Durisotti, vocero de la Agrupación Amigos de la Avenida Pueyrredón

Durisotti a su vez alerta sobre lo que pueda ocurrir en caso de que se lleve adelante este repartimiento. “Si apenas un tercio de las cocheras son para la gente del barrio, no sólo no se cubre con el déficit de cocheras de Recoleta, sino que además se va a generar un caos de tránsito”, comenta.

Desde el departamento comercial de CRIBA prefirieron no expresarse con respecto a las inquietudes vecinales aunque la empresa afirmó que “se respetará lo establecido en los pliegos originales”, a la vez que se garantizó que las obras se encuentran en la recta final y se espera la inauguración antes de que concluya el año.

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